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      Sergio del Molino: “Todas las patrias son en realidad imaginarias”

      • El autor español, ganador del Premio Alfaguara con Los alemanes, revisó un episodio sorprendente de la historia del nazismo en España.
      • En Diálogo con el escritor y periodista Jorge Fernández Díaz, además refirió a sus libros previos y a su amor por Buenos Aires.

      Sergio del Molino:  “Todas las patrias son en realidad imaginarias”El periodista y narrador Jorge Fernández Díaz dialogó con el escritor español Sergio del Molino en la Feria del Libro. Fotos Emmanuel Fernández

      Las últimas palabras de Adolf Eichmann, el arquitecto del Holocausto y de la Solución final, fueron estas; “¡Larga vida a Alemania! ¡Larga vida a Austria! ¡Larga vid a a la Argentina! ¡Nunca las olvidaré!”. La cita que el escritor y periodista Jorge Fernández Díaz eligió para abrir la charla con su par español Sergio del Molino (Madrid, 1979) en la 48º Feria del Libro no era para nada extemporánea: el libro que el autor ibérico vino a presentar este sábado se titula, precisamente, Los alemanes y, como el propio Del Molino explicó con gracia hace tres meses, cuando ganó con esa historia el Premio Alfaguara: “Si se titula Los alemanes y no aparecen nazis, que me devuelvan el dinero”.

      El periodista y narrador Jorge Fernández Díaz dialogó con el escritor español Sergio del Molino en la Feria del Libro. Fotos Emmanuel FernándezEl periodista y narrador Jorge Fernández Díaz dialogó con el escritor español Sergio del Molino en la Feria del Libro. Fotos Emmanuel Fernández

      También en enero, al ganar XXVII Premio Alfaguara de Novela, el autor contó que Los alemanes trata uno “de los episodios más vergonzosos y menos divulgados de la historia de España”. Del Molino tomó para eso un acontecimiento real que ya había abordado hace años en el ensayo Soldados en el jardín de la paz: la llegada al puerto de Cádiz en 1916, en plena Primera Guerra Mundial, de dos barcos con más de 600 alemanes provenientes de Camerún.

      Esta noche, ante la sala Adolfo Bioy Casares con sus 80 butacas ocupadas, recuperó aquella historia: “Durante la Primera Guerra Mundial, los colonos alemanes que vivían en Camerún aprovechan la frontera con lo que entonces era Guinea Española para rendirse ante las autoridades españolas, que era una potencia neutral en el conflicto. Así es como son conducidos, bajo la figura de internados y jurisdicción militar, a la península y a la ciudad de Zaragoza, que es donde yo vivo”.

      Del Molino contó que, si bien era “una comunidad muy poco numerosa, fue sin embargo muy influyente y que desarrolló con el nazismo una relación que está muy poco estudiada”.

      Dos temas de interés

      La novela Los alemanes, así, tiene por protagonistas a Fede y Eva, dos descendientes de una de esas familias que “en realidad es una historia ficticia aunque podría ser la historia de cualquiera de esas familias que efectivamente conocí hace unos 15 años”, apuntó.

      Al escritor estas referencias de la historia española le interesaron porque concentraban, dijo, dos temas que le son especialmente cercanos: la desubicación y esa sensación de ser intruso, por un lado, y la creación de patrias imaginarias: “Aunque tengo que decir, que para mí, todas las patrias son en realidad imaginarias –aclaró–. Pero estos alemanes vivían ciertamente en una Alemania imaginaria y fomentaron un sentimiento de casta manteniendo el idioma y las costumbres”.

      Además, señaló que le interesaba analizar cómo el pasado de una familia puede influir en el presente: “Es lo que les pasa a estos personajes, cuyos traumas no tienen que ver con sus acciones sino que vienen de sus antepasados para arruinarles la vida sin que ellos puedan hacer nada para impedirlo”, dijo.

      El periodista y narrador Jorge Fernández Díaz dialogó con el escritor español Sergio del Molino en la Feria del Libro. Fotos Emmanuel FernándezEl periodista y narrador Jorge Fernández Díaz dialogó con el escritor español Sergio del Molino en la Feria del Libro. Fotos Emmanuel Fernández

      “Hay dos maneras de escribir una novela –explicó Fernández Díaz–: la improvisación de ir avanzando línea a línea o el estudio metódico de todo el material disponible y la planificación: ¿cuál es el tuyo?”, quiso saber. Del Molino consideró que ambos en distintos momentos del proceso: “Pienso escribiendo, es decir, para saber lo que pienso, necesito ir escribiendo. Pero luego, rompo, rehago y no tengo ningún problema en reformular”, describió.

      La muerte de un hijo

      El autor que vive en Zaragoza también dio cuenta de otros de sus libros. La hora violeta, un ensayo autobiográfico que escribió poco después de la muerte de su hijo Pablo, “que no es un diario sino unas cosas que fui escribiendo muy anárquicamente hasta que mi mujer me convenció de que sería bueno para mí darle la forma de un libro”, puntualizó.

      El libro ganó el Premio Tigre Juan y el Ojo Crítico de Narrativa entre otros. Con La hora violeta, pasaron cosas extraordinarias: “Primero, encontró una editora muy entusiasta. Luego, encontró lectores, premios y una recepción literaria, que era lo que me interesaba a mí”, recordó el autor.

      El segundo libro sobre el que quiso conocer detalles Fernández Díaz fue La piel: “Desde los 20 años padezco psoriasis, que es una enfermedad autoinmune que en mi caso aparece en un grado que, para los médicos es, ‘interesante’. Estoy controlado pero con el tiempo me fui dando cuenta de que este cuadro fue condicionando mi relación con el mundo”, explicó.

      Por eso, en La piel, explora el vínculo que otros escritores tuvieron antes que él con este mismo mal: desde Stalin, John Updike, o Nabokov: “Intenté entender cómo me afectaba explorando la vida de otros pacientes”, dijo.

      El escritor español Sergio del Molino durante la rueda de prensa ofrecida este jueves en Madrid, tras ser galardonado con el XXVII Premio Alfaguara de novela por 'Los alemanes. EFE/ Rodrigo JimenezEl escritor español Sergio del Molino durante la rueda de prensa ofrecida este jueves en Madrid, tras ser galardonado con el XXVII Premio Alfaguara de novela por 'Los alemanes. EFE/ Rodrigo Jimenez

      En el cierre del diálogo, el escritor argentino quiso saber cómo era la relación de Del Molino con Buenos Aires. Este recordó que la capital argentina fue la primera ciudad latinoamericana que conoció, hace ya veinte años porque había desarrollado con esta metrópoli una “relación cultural, por lo que representó para un chabal que recién empieza a escribir el descubrimiento de Julio Cortázar”. Además, contó que escuchaba a Charly García en una España en la que nadie sabía quién era el músico de bigote bicolor. “Buenos Aires es parte de mi educación sentimental”, concluyó.


      Sobre la firma

      Débora Campos
      Débora Campos

      Editora de la Revista Ñ y Cultura decampos@agea.com.ar

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